Se trata de un tipo de análisis fundamental en la agricultura, ya que nos permite conocer las características químicas del año de cara a la correcta preparación de las disoluciones fertilizantes. Además, los análisis de aguas de riego nos darán información sobre el carácter salino, disponibilidad que tendrán los nutrientes en el suelo y de los nutrientes que el propio agua de riego aporta.
Los parámetros que se analizan son:
pH. Sirve para saber si el aporte de agua mejorará la disponibilidad de nutrientes en el perfil.
De carácter salino (Conductividad Eléctrica, Cloruros, Sodio y SAR). Nos indican el riesgo de toxicidad de estos elementos en la planta y, en concreto el SAR, la posibilidad de sodificación que puede ejercer el sodio sobre el suelo (compactación).
Dureza. Mide la facilidad que tendrá el agua de formar concreciones de carbonato cálcico en las tuberías y emisores de riego.
Alcalinidad. Nos dirá el efecto tampón que tendrán los bicarbonatos sobre el pH de la disolución de fertilización, dificultando la bajada de pH en la solución de suelo.
Nitratos, fosfatos, potasio, sulfatos, calcio, magnesio y microorganismos. Nos dan idea de la fertilidad que aporta el agua de riego propiamente dicha, antes de añadirle un fertilizante.